miércoles, 29 de enero de 2014

APRENDIENDO


De la misma manera que mil acordes acariciados por unos dedos  sobre las teclas de un órgano, interpretando una sonata de Bach,  no hacen una obra maestra.

O que una sencilla tortilla de senderuelas puede ser de una vulgaridad chunga, que mil ladrillos no hacen una casa, o que millones de besos no hablan de amor...mucha gente destroza a Bach, deshace tortillas, arruina edificios, o prostituye lo que toca.

Pero hay gente que no. Hay personas que hacen de su labor, de su trabajo, de su amor, obras maestras.

Manu es una de esas personas.

Y cuando estás cerca de gente así todo es más fácil: nadie nace enseñado en nada, pero se nota, ¡y mucho!, los buenos maestros.

Y yo, con 56 tacos, estoy aprendiendo tantas cosas...

4 comentarios:

  1. Voy a correos, con el paquete para tu chica.
    Espero que os guste.

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  2. ¡Gracias!...¡que tengas un miércoles fantástico!

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  3. Y poca gente es capaz de admirar, como tú lo haces, esa virtud. Ambos sois muy afortunados.

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  4. Si, es una maravilla... Y dais alegría.

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