lunes, 27 de enero de 2014

CORAJE.


Conozco una muy buena amiga que es mujer de quilates. 

Tiene un hijo con problemas, un pequeño retraso que le limita bastante. 

Siempre he admirado a este tipo de personas que saben muy bien lo que quieren y no cejan en un empeño admirable por alcanzar mejorar a los demás. 

No se andan por las ramas: piden, desean, anhelan, y son muy específicas en sus objetivos. 

Muchos tienen grandes deseos en su corazón, en su mente anhelan alcanzar metas, pero no pueden ni saben expresarlos. Son esas personas que cuando les preguntas qué es lo que están esperando de la vida, responden "paz, amor, felicidad, salud, dinero". Y esos deseos no son malos, pero son indefinidos, metas abstractas imposibles de evaluar. 

Esta buena amiga (se llama Marian) - lo mismo que otras que se han cruzado en la vida- tiene una inteligencia práctica, un sentido común maravilloso, una paciencia que se ejerce sobre la cosa, la persona , o la acción concreta. 

Cuando queramos algo, algo de verdad, necesitamos ser claros, muy precisos; sólo así podremos encaminar las estrategias que debemos diseñar para alcanzar nuestras metas. De esta forma estaremos enfocados- ¡gran escena en “Desmontando a Harry” de Woody Allen, y su “actor desenfocado”!. 


A veces, convocaría a todas estas personas, de un coraje y un amor extraordinarios, y les pediría que nos contasen...


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