viernes, 24 de enero de 2014

EL AUTOMÓVIL.


Un día estás conduciendo tranquilamente y de sopetón se enciende un indicador luminoso que te advierte que hay una posible anomalía en el coche, “detenga el motor inmediatamente”, dice una señal intermitente. 

A todos nos ha pasado. Y por supuesto que paramos ipso facto. Yo, por ejemplo, soy de los que piensan que aquello va a explotar por los aires si no lo hago.

Pero entendemos que hay que parar, aunque nos contraríe el día.

Nadie se enfada con la lucecita. Gracias a ella sabemos que algo malo puede pasar y, además, en algún lugar del coche que desconocemos. Hay que llamar a la grúa.

Imagina que llega el gruísta , quita la lampara que parpadea avisando de la avería, y nos dice”¡listo!, ¡arreglado!,¡palante!”.

- ¿Está seguro? 

- ¿No ve que la lamparita ya no parpadea? 

- Ya...pero no es la lamparita la que está averiada, sino la que avisa de qué algo que no vemos está mal. 

Esta enfermedad tiene algo de eso. Se encendió la luz avisando de una avería seria.

Visitamos especialistas , y nadie daba con el nombre de la enfermedad, unos quitaban la lamparita, otros recetaban tal cosa, aquellos tal otra...hasta que, después de muchas pruebas, dieron con el diagnóstico..


Pero saber el nombre no significaba nada: se desconoce su origen, su terapias, su medicación, su cura. Nos movemos en un ensayo de investigación que actúa sobre los síntomas...o sobre nada, porque puede ser placebo.

Mientras, los mecánicos tocan aquí y allá, prueban, dan martillazos...todos ciegos.

Y la vida sigue, con la lucecita parpadeando, esperando que todo esto sirva para alguien algún día...lo hermoso de estos proyectos es que colaboras para un futuro que, con toda seguridad, será mejor.

1 comentario:

  1. Lo cierto es que llevamos los coches hechos una castaña pilonga.
    Les cambiamos el aceite cuando nos enteramos que Manolo el del taller ha contratado a una rubia platino para cobrar.
    Las gomas las reponemos cuando la yanta metalica le saca brillo al asfalto con miles de chispitas de olores.
    Las multas las tiramos en el cenicero, y luego nos cabreamos cuando llegan por correo.
    Yoooooo ?, no me jodas, debe de ser un error informatico.
    ...
    De la chapa ni hablamos.
    Hay tanques de la Segunda Guerra Mundial con mejor apecto.
    ...
    Y al final, con los peores vehiculos del mundo, fatalmente mantenidos, golpeados por las mil batallas de la vida en las autovias..., al final...

    Es con esos vehiculos con los que mañana bajamos la ventanilla, nos entra un chorro de aire fresco, y nos dirigimos a Valdemorillo de los Infantes.

    Donde nos apretamos unas migas manchegas en compañia de la tia mas chachi que nos has sido concedida por el destino.

    Sean las luces del color que sean.



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