Me escribe una buena amiga del Barullo, “he tenido algún fracaso en mi vida, pero leyéndote, espero encontrar una Manuela de hombre : ¡ me parece la vuestra una historia maravillosa! ”.
La verdad es que esa historia maravillosa no fue buscada, ni querida de la manera que se dio. Tal vez sí fue soñada.
Soñar es una manera de proyectar, de rezar. Nunca hemos sido gente “vueltera” , la que no dicen las cosas directamente. No le damos vueltas a la vida. Ella es de una sencillez admirable. Las cosas son como son, la vida es así.
Conocemos gente que resuelve los problemas “enfermando”. Esas que no pueden poner en palabras sus emociones y entonces son sus cuerpos los que deben hablar por ellas. Le llaman “efecto ventrílocuo : habla el cuerpo, ¡ y de qué manera!, a través de “tics” nerviosos, fiebre, dolores de cabeza o mareos, malestares estomacales, que señalan que algo malo está sucediendo allá dentro.
De esta forma, quienes los rodean se verán obligados a acercárseles y preguntarles qué es lo que les pasa. Y ellos, casi siempre, contestan: no me pasa nada.
Encontrarás una Manuela en tu vida:si es un deseo cumplido que nunca dejaste de soñar.
Precisamente un amigo me hablaba de un libro que está leyendo titulado "La enfermedad como camino". Somatizar lo que nos pasa es algo que pienso debemos evitar.
ResponderEliminar¡Y yo quiero un Manolo! Lo digo en serio. Dais envidia, joder... Quereros así de bien. ¡Menuda maravilla!
ResponderEliminarLeí ese libro...tiene su qué, pero está tan mal redactado.
ResponderEliminarConfuso